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EQUIPO

Ana García, conocida por muchos como Ana Bergman, comenzó su andadura por el mundo del teatro, de la mano del grupo El Apagoncillo, con tan solo quince años, cuando trabajó en la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano. Su relación más estrecha ha sido con el grupo El Apagón, trabajando textos de Chejov, Lorca o Miguel Mihura.  También ha participado como actriz en varios cortometrajes. Licenciada en Historia y con un Máster en Didáctica, Ana Bergman compagina su pasión por el teatro con su trabajo en el ámbito de la educación no formal, así como con algunas de sus aficiones como la lectura, el cine, la naturaleza y el deporte, que practica con mucha frecuencia.

Begoña Miralles es teatrera desde el principio de los tiempos, o al menos, esa es su sensación.Tras terminar sus estudios en el instituto Príncipe Felipe, decidió formar, en ese centro y junto

a Celia León, el grupo de teatro Apagón, que acaba de cumplir 20 años y que, ya mayor de edad, ha decidido emprender nuevos caminos, alejado pero amparado por el centro que le vio nacer.

Cuando pudo decir qué quería estudiar, estudió Dirección de escena en la RESAD. Ha sido actriz en compañías de teatro clásico (Escarramán) y contemporáneo (Workgroup).

Ha colaborado en numerosos montajes del Teatro de la Zarzuela como ayudante de dirección de Luis Olmos. Ha tenido la suerte de viajar de gira por grandes teatros y también por pequeños pueblos.

Ha actuado en plazas, callejones, escenarios grandes, medianos y pequeños y en rudimentarias tablas no siempre demasiado estables.
También ha escrito algunos textos teatrales (Mensajes de voz, Yoyo, Yoyo², La voz cantante, Oscuro-Luz).

En su día a día, le gusta leer, charlar y pasear con sus amigos, ver pelis y viajar.

Espera seguir haciendo teatro por siempre jamás.

Berta es Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos. Siempre con un gusanillo interior de las artes, se adentró en el mundo del teatro con un “Vale, pero voy solo a mirar” y a partir de ahí no se pudo desenganchar. Sus 10 años en el grupo El Apagón le han aportado ilusión, frescura, libertad, conocimiento y diversión. Ha participado en obras de distinta índole como La Isla Amarilla, Bodas de sangre, Tres sombreros de copa y diversas creaciones colectivas como Mensajes de voz y La voz cantante. Tras un año fuera de España retoma esta nueva etapa del grupo con ganas,  optimismo y mucha fuerza. Le gusta leer y viajar, pero sobre todo estar con su gente y reír. Conocida como “la Pastelitos”, debido a su gran afición por la repostería, siempre intenta endulzar la vida con una sonrisa.

Julia, es maestra de infantil. Actualmente por necesidad y deseos de ampliar conocimientos y oportunidades, se encuentra terminando el grado de primaria. Amante de los niños y el teatro, vive convencida de que la enseñanza, la imaginación y la fuerza de las palabras pueden cambiar el mundo.

El teatro llegó a su vida como un soplo de brisa fresca a la edad de seis años. Tuvo la suerte de participar en su colegio en el montaje de El sueño de una noche de verano, dirigido por la compañía teatral La Barraca, y en ese momento le entró un gusanillo que nunca le ha abandonado.

A partir de ese momento el teatro ha sido una constante en su vida, permitiéndole explorar otros mundos, acompañándola en su viaje por la vida, ayudando a llenar su maleta de sueños y esperanzas, dándole fuerzas y ganas cuando éstas flaqueaban.

A los 13 años entró a formar parte del Apagón donde quedo enganchada a su gente y a la forma de ver, vivir y entender el teatro. Entre las obras realizadas ha tenido la suerte de experimentar registros muy diversos. Desde las creaciones colectivas de Mensajes de Voz y La voz Cantante hasta clásicos, como Las galas del difunto de Valle Inclán o Eloísa está debajo de un Almendro.

En su tiempo libre adora viajar, leer, salir con sus amigos, descubrir sitios nuevos de su ciudad cámara en mano, y nadar.

Procura, siempre que las circunstancias le dejan, unir sus tres pasiones: el teatro, la enseñanza y los viajes.

Katherine Mirella estudiante y futura licenciada en Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural. El arte en general le ha servido mucho como una herramienta humana para su vida diaria. Es tímida, reservada pero cuando entra en confianza expresa y se abre a los demás. Le gusta pintar, dibujar, cantar (aunque sólo le gusta) y también actuar. En los dos últimos años ha iniciado la faceta de dirección escénica y cada día va descubriendo mundos distintos trabajando con un grupo de adolescentes. Le gusta atender a las personas mayores, ha realizado trabajos y voluntariados en residencias. El Apagón para ella fue el descubrimiento y una nueva puerta con mucha luz a su llegada a España en el 2008, y desde la primera clase, aunque hubieron muchas complicaciones por el camino, nunca pudo dejarlo.

 

Macarena vive y trabaja en Madrid. Licenciada en Bellas Artes y actriz profesional, combina su último año de formación en la Real Escuela Superior de Arte Dramático con sus proyectos pictóricos con los que lleva investigando desde 2009. Entre sus trabajos actuales, destaca el de la compañía Barlovento como actriz titular realizando lecturas dramatizadas para El Instituto Iberoamericano de Finlandia y otros montajes en gira como El Planeta de los sentidos de Beatriz Velilla y  Caos de Mika Myllyhao, obra abalada por Nordic Drama Corner. También ha actuado recientemente en el Teatro Español con el evento Galdós le invita al café. Su andadura con El Apagón comenzó en 2001 donde descubrió su pasión que la acompañaría hasta la actualidad.

Su otra pasión, los animales, también ha estado muy presente en su vida. Desde niña ha recogido animales abandonados y los ha acogido en su casa. Actualmente Macarena colabora con el centro de educación y rehabilitación de animales Habana Boston, donde realiza charlas de concienciación para la adopción y socialización animal; además es la diseñadora de la imagen corporativa y merchandising del centro y ha convertido su domicilio en guardería para gatos.

Entre sus aficiones se encuentran los videojuegos, lecturas ligadas al misterio y lo paranormal, la decoración, música y danzas históricas... Le encanta salir con sus amigos por las noches de Madrid, adora nadar y tomar el sol.

Maca Úbeda es licenciada en Biología Ambiental. Le apasiona la educación y la naturaleza y acaba de empezar en este mundo. Lo más cercano que ha estado ha sido gracias a su profesión como directora de la escuela de tiempo libre Zahorí haciendo talleres de expresión corporal y un año asistiendo a un curso de doblaje. ¿Qué ha hecho que entrara en el grupo? La manera en que la gente del grupo lo vive y lo siente, le contagió. Ahora ha descubierto el enorme potencial que tiene el teatro como herramienta de transformación personal y social, puesto que cada día que ensaya o que actúa se enfrenta a sí misma, dejando atrás la cabeza y únicamente sintiendo con el corazón. 

Noelia nació el mismo año que El Apagón: en 1995. Se apuntó a clases de teatro porque era tímida y nueva en la ciudad, y aunque no ha dejado de lado su timidez, no pudo hallar nada más liberador. Una obra de Chéjov, otra de Fernando Arrabal y un monólogo de Dario Fo y Franca Rame son parte de su experiencia sobre las tablas.

Junto con el teatro, lo que más le da la vida es el cine y cuando descubrió que las escuelas de cinematografía se salían de su presupuesto empezó a estudiar—para (in)tranquilidad de sus padres— Comunicación Audiovisual. Su mayor temor es quedarse ciega de tanto ver películas. Adora la música y odia hacer deportes. También colabora con sus artículos en el Centro de Colaboraciones Solidarias y ha llegado a publicar en varios medios latinoamericanos, incluido uno de su Bolivia natal a la que añora cada vez con más frecuencia.

Olga Vera es estudiante Predoctoral en el Laboratorio de Nuevas Terapias y Biomarcadores en Cáncer del Hospital la Paz. Comenzó a hacer teatro en el colegio, cuando apenas tenía siete añitos, donde participó en obras como Rebelión en la granja de George Orwell, ¡Catacroc! de Fernando Almena o ¡Te pillé, Caperucita! de Carles Cano. A los doce años, se incorporó al grupo de teatro El Apagoncillo, en el que intervino en montajes clásicos como El sueño de una noche de verano de William Shakespeare, o Eloísa esta debajo de un almendro de Enrique Jardiel Poncela,  y en creaciones colectivas como Mensajes de Voz, escrita por Begoña Miralles. Al terminar el instituto, comenzó el Grado en Biología y tuvo que aparcar momentáneamente su afición por el teatro por incompatibilidad de horarios. A pesar de ello, nunca olvidó el teatro y años más tarde, cuando tuvo la oportunidad, se reunió de nuevo con sus antiguas compañeras del grupo El Apagón. Actualmente compagina dos de sus mayores pasiones: la ciencia y el teatro. Adora leer, trastear con la informática, las manualidades y, como buena Bióloga, es una gran apasionada de la naturaleza.

Patri. Maestra. Enamorada de la vida. Fanática de los sueños. Su vida la rigen tres grandes pasiones: la enseñanza, la poesía y el teatro. Cuando puede, y la dejan, las entrelaza.

Desde pequeña tuvo claro que quería ser maestra de inglés. Quizás porque le cautivó el idioma, quizás porque quería cambiar el mundo, y por todos es sabido que la educación es la mejor arma para ello. También con idea de defenderse del mundo, o al menos de intentar que no le doliera tanto, empezó a escribir. El teatro fue la tercera pasión que cambiaría su vida para siempre. A los 12 años su madre decidió que su timidez comenzaba a ser extremadamente preocupante y en un intento de abrirla al mundo la empujó a apuntarse a teatro en el instituto. Aquello fue amor a primera vista. Allí conoció a Begoña Miralles y a su grupo de teatro Utopía, donde pasaría los tres primeros años realizando obras como Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, de Valle-Inclán , El Maleficio de la Mariposa de Lorca, y Entremeses de Lope de Rueda. Más tarde, la propia Begoña la animó a formar parte de esa pequeña-gran familia que es  El Apagón, donde participaría en obras como La Gaviota, de Chejov, Bodas de Sangre, de Lorca, Tres sombreros de copa, de Mihura, y alguna que otra creación colectiva.

Por circunstancias de la vida y obligada por sus ganas de volar y cruzar fronteras, tuvo que alejarse de la compañía durante algunos años, en los que estuvo viviendo en Los Países Bajos y Noruega, pero nunca, nunca olvidó de dónde venía ni que era lo que la movía. En su estancia en los Países Bajos trabajó como profesora de un curso de iniciación al teatro en el Centro de Hispanohablantes de Amsterdam. En Noruega, mientras trabajaba como profesora, ponía en práctica todo lo aprendido en cursos como el de Técnicas teatrales para la enseñanza, de la Escuela de teatro Cuarta Pared en Madrid, utilizando el teatro como herramienta para la adquisición de idiomas. De eso mismo fue de lo que hizo su Trabajo de Fin de Grado para la Universidad Autónoma de Madrid.

Ahora le sonríe a la vida y le grita que queda mucho muchísimo camino por recorrer. Y en ese camino le da la mano al teatro y a las ganas de no dejar nunca jamás de aprender. 

Patricia McMullan, más conocida como Patsy, es politóloga con un máster en Cooperación Internacional al Desarrollo, y hace unos meses abrió un paréntesis en su vida para trasladarse a Nueva York como asesora en la Misión Permanente de España para Naciones Unidas. Soriano-irlandesa,  amante de la vida rural y de la cerveza fresquita, se unió al Apagón con 14 años. Desde La Isla Amarilla hasta Tres Sombreros de Copa, ha disfrutado de cada momento compartido con esta familia como si fuera el último. Correr, montar en bici, bailar, la radio, el cine y la política son otras de sus aficiones, aunque solo hay dos elementos imprescindibles en su vida: su familia y sus amigos. Fiel a sus principios, activista y feminista convencida, cree en el teatro como herramienta imprescindible para el cambio social.

Teresa Heredero es maestra y futura psicóloga. Su pasión por el teatro comenzó cuando era niña y escuchaba a su abuela declamar partes de obras clásicas. Se unió al Apagón con trece años y desde entonces no ha parado de formarse.

Estudió Doblaje en Metrópolis, C.E. y en el último año, hizo un Curso de comedia para cine y TV con Juana Martínez. Ha participado en la Muestra Transfronteriza de Teatro Aficionado de Sayago y Tras os  Montes. Ha interpretado diversas obras, desde Cervantes y Valle Inclán, a obras más actuales y creaciones colectivas.
Su experiencia en televisión comenzó con El mundo mágico de Brunelesky, donde interpretó a una aprendiz de mago.
Actualmente está comenzando a escribir guiones de diversa índole, como Y Cupido, ¿qué?
Cree que es posible utilizar el teatro como una estrategia metodológica para formar mejores ciudadanos del mundo.
Le encanta el patinaje y la vida de barrio y rural.

Lucía Baños encontró en el teatro la forma de combinar sus dos grandes pasiones: las artes plásticas y la música. Es licenciada en bellas artes y se ha especializado en el vestuario escénico. Ha trabajado en cine y teatro como figurinista pero su mejor taller y escuela ha sido el Teatro Apagón donde ha podido experimentar  y hacer locuras, que en ocasiones han sufrido sus compañeras.  

De niña estudió viola en el conservatorio pero siempre quiso cantar así que después comenzó la carrera de canto lírico y lleva investigando sobre la voz desde hace once años. Ha trabajado como cantante en varios coros de Opera y Zarzuela. Además desde hace unos años es profesora de canto en escuelas de música y realiza talleres de educación vocal para músicos, actores, profesores y todo aquel que quiera mejorar el empleo de su voz.

 

¿Echas en falta a alguien, verdad?

No se nos ha olvidado el miembro más importante del equipo, sin él no sería lo mismo. La parte fundamental de toda pieza teatral, la que disfruta, juzga, sueña, crea e imagina.

Queremos agradecerte que formes parte de él, y por eso, hemos dejado un hueco para ti.

 

 

GRACIAS POR FORMAR PARTE  DE NOSOTROS.

 

GRACIAS A TI, POR SER ESPECTADOR.

 

 

 

GRACIAS, PÚBLICO.

 

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